Mar digital

-Me siento realmente "infoxicado".
-¿Usted querrá decir intoxicado?
-No, estoy "infoxicado"
-Entonces no le entiendo

Un diálogo así no es descabellado en este 2015. La infoxicación es un término que acuñó Alfons Cornella en 1996 para dibujar un fenónemo de nuestro tiempo: el exceso de información y la angustia que nos produce  no poder manejarla ni absorberla

El efecto de esta vastísima red de datos es que nos puede atrapar en diversos laberintos, de manera que gastamos mucho tiempo en búsquedas inútiles, poco productivas o innecesarias.

Una manera es establecer métodos y herramientas para gestionar la información. Cornella propone uno que se base en la respuesta a las siguientes preguntas: ¿de qué me interesa estar informado (cinco temas principales y cinco secundarios), dónde lo busco, cómo lo busco, cómo gestiono lo que me me encuentro por casualidad y como filtro esa información de acuerdo con lo que a mí me interesa y al final como aplico esa información.

Así, en esencia, la forma de optimizar la productividad personal y laboral pasa por recibir la información adecuada, suficiente, y que se pueda aplicar.

Ello se consigue con un filtro personal, de manera que cada día toda la información se divida en cuatro grandes segmentos: información crítica (de lo que necesariamente debo estar informado), información fatal (la que no me interesa),  información interesante (la que me puede servir a futuro) e información útil (la que puedo usar ya).

Quien no lo haga podría infoxicarse en algún momento.